miércoles, 14 de diciembre de 2011

TIERRA SANTA XI - Jerusalem: La ciudad alta durante el periodo del Segundo Templo

Autor: Hillel Geva | Fuente: Israel Ministry of Foreing Affairs
Jerusalem - La Ciudad alta durante el período del Segundo Templo
La Ciudad Alta fue el barrio de los ricos, donde estuvieron los palacios de los reyes hasmoneos, del rey Herodes y del Sumo Sacerdote Caifás
Jerusalem - La Ciudad alta durante el período del Segundo Templo
Jerusalem - La Ciudad alta durante el período del Segundo Templo

Durante el reinado del rey Herodes (fines del siglo I AEC), Jerusalem creció enormemente en superficie y tuvo lugar una intensa actividad constructora, sin paralelo en la historia de la ciudad. Se erigieron muchos edificios públicos - siendo los más impresionantes de ellos el Monte del Templo y el Templo mismo.

La ciudad fue rodeada por muros con muchas torres. En el extremo noroccidental del muro de la ciudad, Herodes erigió tres imponentes torres que protegían el palacio real, ubicado justamente al sur de ellas. De estas torrres, solamente la base de una, conocida tradicionalmente como la "Torre de David" existe hasta el día de hoy; se la incorporó en la ciudadela otomana de la ciudad, al sur de la Puerta de Yafo.

El área residencial sobre la colina occidental de Jerusalem durante el período del Segundo Templo (su superficie cubre hoy los barrios judío y armenio de la Ciudad Vieja y el Monte Sión fuera de los muros, hacia el sur) pasó a ser conocida como la "Ciudad Alta". El nombre proviene del hecho que topográficamente es más elevada que el resto de la ciudad, incluso que el Monte del Templo. Fue replanificada y reconstruida por Herodes y sus sucesores, de acuerdo a la más fina tradición romana, con bloques de grandes edificios separados por calles y plazas a lo largo de las cuales se encontraban los palacios y los edificios públicos.

La Ciudad Alta fue el barrio de los ricos, con grandes y primorosas residencias habitadas por las familias de los sumo sacerdotes y de la aristocracia local. Aquí estuvieron los palacios de los reyes hasmoneos, del rey Herodes y del Sumo Sacerdote Caifás (mencionado en el Nuevo Testamento). Aquí, Jesús fue arrestado y retenido durante una noche antes de ser entregado al procurador Poncio Pilato para su sentencia. (Mateo 26:57-75; Lucas 22:54-71, 23:1). De acuerdo con la tradición cristiana, el palacio del Sumo Sacerdote Caifás se encontraba en el Monte Sión, que se encuentra hoy en día fuera de los muros de la Ciudad Vieja, hacia el sur.

Los muros, las torres y los lujosos palacios de la Ciudad Alta son descritos detalladamente por el historiador judío de la época Flavio Josefo, nacido en Jerusalem. El fue testigo presencial de la destrucción de Jerusalem en el año 70 EC, y también describe la conquista de la Ciudad Alta, donde los soldados romanos saquearon los palacios y las elegantes casas y las quemaron hasta los cimientos en el octavo día del mes de Elul del año 70 EC, un mes después de la destrucción del Templo.

César, considerando imposible reducir la ciudad alta sin terraplenes, debido a la abrupta naturaleza del lugar, asignó la tarea a sus fuerzas el 20 del mes de Lous (Av). El transporte de maderas era difícil, ya que todos los alrededores de la ciudad, hasta una distancia de cien estadios estaban, como ya he dicho, desnudos. Los trabajos de tierra se completaron al cabo de dieciocho días de trabajo, el siete del mes del mes de Gorpiaeus (Elul), y pusieron en acción la maquinaria militar. De los rebeldes, algunos ya desesperados en la ciudad, se retiraron por los terraplenes a la ciudadela, otros huyeron por los túneles. Los romanos, avanzando por las calles, espada en mano, masacraron indiscriminadamente a todo el que encontraban a su paso, y quemaron las casas con todos los que habían hallado refugio dentro de ellas. Frecuentemente al entrar en las casas para saquearlas encontraban a las familias muertas y las habitaciones llenas de víctimas del hambre... Pasando por encima de quien caía en su camino, obstruyeron las calles con cadáveres e inundaron toda la ciudad de sangre, hasta tal punto que muchos de los incendios se extinguieron por el torrente sanguíneo. Hacia la tarde cesó la masacre, pero cuando cayó la noche el fuego se apoderó de todo y así el alba del octavo día del mes de Gorpiaeus (Elul) encontró una Jerusalem en llamas - una ciudad que había sufrido tantas calamidades Los romanos incendiaron los barrios marginales de la ciudad y destruyeron los muros hasta los cimientos. Así fue capturada Jerusalem en el segundo año del reinado de Vespasiano, en el octavo día del mes de Gorpiaeus. (20 de septiembre del 70 EC). (Guerras VI. 8-10)

Desde 1969 hasta 1982, cuando se reconstruyera el Barrio Judío de la Ciudad Vieja de Jerusalem, la Ciudad Alta del período del Segundo Templo fue sujeta a una amplia investigación arqueológica. Fueron descubiertos impresionantes restos de un continuo asentamiento en el monte occidental - desde fines del período del Primer Templo (siglos VIII - VII AEC) hasta los tiempos modernos.

Quedaron al descubierto ruinas de las residencias de la Ciudad Alta, que habían estado enterradas por casi 1900 años. Casas y artefactos se conservaron casi en su totalidad, protegidos por una gruesa capa de escombros de una ocupación posterior. Los hallazgos confirmaron con toda precisión la evidencia escrita por Flavio Josefo y la crueldad de la destrucción romana de Jerusalem y de la Ciudad Alta.

Al finalizar las excavaciones, las ruinas de la Ciudad Alta fueron conservadas como museo, debajo de los nuevos edificios del Barrio Judío. Los visitantes pueden pasear por los patios y las habitaciones de las casas en las que los muebles de piedra y las vasijas usadas hace 2.000 años por sus habitantes permanecen intactos y brindan una vívida imagen del modo de vida que concluyó allí en el año 70 EC.


El Barrio Herodiano

Este fue el principal lugar de las excavaciones en el Barrio Judío, con partes de seis o siete casas que cubren una superficie de cerca de 2.700 m2. Las casas estaban construidas sobre terrazas, en la ladera del monte que da hacia el este al Valle de Tyropoeon, al frente del Monte del Templo.


La Mansión Palacial

La "Mansión Palacial" en el Barrio Herodiano es la más grande, completa y primorosa de las residencias del período del Segundo Templo descubierta en el Barrio Judío. Representa fielmente la arquitectura y el esplendor de los edificios típicos de la Ciudad Alta.

Ubicado en el extremo oriental de la Ciudad Alta, el edificio fue construido durante el reinado del rey Herodes. Tiene una buena vista hacia el Monte del Templo y el Templo mismo, y se extendía sobre tres terrazas con una superficie total de 600 m2. Se excavaron las ruinas de dos pisos de esta casa: la planta baja en la parte occidental de la casa incluía un patio central y habitaciones residenciales; un subterráneo en la parte este y norte del edificio incluía instalaciones de agua, depósitos y cuartos de servicio. La casa tenía gruesas paredes construidas con piedra caliza de Jerusalem bien labrada, y sus cimientos se apoyaban en la roca. Algunas partes de la casa se han conservado hasta una impresionante altura de 2-3 metros.

El piso del patio central (8 x 8 m.) en la planta baja era de piedras cuadradas. Estaba rodeado por muchas habitaciones y daba acceso a las demás alas de la casa. En el lado oriental del patio había una apertura hacia una gran cisterna subterránea que estaba tallada en la roca y cubierta con una gruesa capa de estuco gris para impedir filtraciones. Desde la boca de la cisterna un estrecho pozo conducía hasta su cavidad acampanada. Se recolectaba el agua de lluvia de los techos y los patios de la casa y se transportaba a través de canales y cañerías a la cisterna, que tenía capacidad de varios miles de litros y proporcionaba agua para el uso diario durante los secos meses del verano.

La planta baja de la lujosa ala occidental de la Mansión Palacial incluía un vestíbulo (sala de entrada) con un piso de mosaico, constituido por un colorido panel cuadrado con una roseta de muchos pétalos en el centro y granadas en las esquinas.

En las paredes de la habitación junto al vestíbulo se conservaron frescos hasta una altura considerable. Estos coloridos frescos son en el estilo que era popular en esa época en el mundo helénico romano, con paneles coloridos, imitación de mármol, elementos arquitectónicos y motivos florales.

Numerosos ejemplos de mosaicos coloridos se hallaron en las casas de la Ciudad Alta, tanto en los salones de recepción como en los baños. Estos son los más antiguos pisos de mosaico encontrados en Jerusalem hasta la fecha. Diseños similares se encontraron en los palacios de Herodes en Masada, en Herodión y en otros lugares. Los motivos decorativos en estos mosaicos incluyen diseños geométricos - líneas entrelazadas, líneas onduladas y bandas plegadas. Los motivos florales también son comunes, especialmente rosetas estilizadas con diferentes números de pétalos. Cabe mencionar que los motivos decorativos usados en los mosaicos y frescos del período del Segundo Templo no incluyen representaciones humanas o animales, dado que los judíos evitaban estrictamente el arte figurativo.

La sala de recepción de la casa era particularmente grande (11 x 6,5 m.) y muy lujosa. Sus paredes, conservadas hasta una altura de 3 metros, estaban cubiertas con un estuco blanco, modeladas en relieve como paneles. La imitación es de la costosa construcción helénica romana de piedras con relieve marginal, como en los muros de contención del herodiano complejo del Monte del Templo. Hacia el oeste de la sala de recepción, se descubrieron tres habitaciones parcialmente cortadas en la roca de la ladera. Las paredes de estas habitaciones, decoradas con frescos, se encontraron cubiertas con una capa de estuco blanco en preparación para una redecoración, lo que indica que el ala residencial de la mansión estaba en proceso de renovación cuando los romanos la destruyeron.

Al este del patio central se puso al descubierto una pequeña habitación con un banco y un piso de mosaico, con una pequeña mikve (baño ritual judío, plural - mikvaot) junto a ella. Desde el patio, dos escaleras conducían al nivel subterráneo: una hacia una bodega y una mikve; la otra a una red de áreas de depósito, habitaciones y mikvaot en las partes norte y este de la casa. Una de las habitaciones en el nivel subterráneo tenía un piso de mosaico en forma de tablero de ajedrez (piedras blancas y negras) y desde allí una entrada doble daba acceso a una gran mikve con techo abovedado.

Las mikvaot son uno de los rasgos más comunes en las residencias de la Ciudad Alta de Jerusalem. En cada casa había una o dos - a veces más - mikvaot, evidencia de la importancia que se atribuía a la pureza ritual. Una mikve típica estaba cortada en la roca, estucada y techada con una bóveda de piedra; un ancho tramo de escaleras conducía a su fondo. Las mikvaot se llenaban en invierno con el agua de lluvia y en verano con el agua de las cisternas. A veces había junto a la mikve una bañera construida de pequeñas piedras, cemento y estucada.

Es de suponer que la Mansión Palacial, con su ubicación que mira hacia el Monte del Templo y su gran cantidad de mikvaot, pertenecía a una familia sacerdotal.


La Casa Quemada

La residencia conocida como la Casa Quemada, está ubicada al norte de la Mansión Palacial, data también del período del Segundo Templo. Aquí, por primera vez, se encontró evidencia de la total destrucción de la ciudad por parte de los romanos en el año 70 EC. A pesar de que solamente una pequeña superficie de la casa quedó al descubierto, demostró ser mucho más rica, por los pequeños hallazgos, que otras casas descubiertas en la Ciudad Alta.

La planta baja de la Casa Quemada quedó al descubierto, incluyendo un pequeño patio, cuatro habitaciones, una cocina y una mikve. Las paredes de la casa, construidas de piedra y cemento y cubiertas con un grueso estuco blanco, se conservaron hasta la altura de un metro. En los pisos de las habitaciones, de tierra, estaban las bases de hornos redondos hechos de arcilla café, lo que indica que probablemente esta ala de la casa se usaba como taller.

El patio de la casa estaba empedrado y a través de él se llegaba a la cocina y a las demás habitaciones. Tres de ellas eran de tamaño mediano y la cuarta, una habitación lateral, extremadamente pequeña. La mikve es muy pequeña, cubierta con estuco gris, y tiene cuatro escalones que descienden hasta el fondo. En la esquina de la cocina había un horno, piedras de basalto para molienda junto a él y una gran cubeta de piedra.

La Casa Quemada se encontró debajo de una gruesa capa de destrozos. Dispersos en la casa entre las paredes desplomadas, los techos y el segundo piso, se encontraron fragmentos de mesas de piedra y muchas vasijas de cerámica, piedra y metal, evidencias del pillaje cometido por los soldados romanos. Apoyada contra el rincón de una de las habitaciones había una lanza de hierro, que aparentemente pertenecía a uno de los combatientes judíos que vivieron allí. En la entrada de la habitación lateral se encontraron los huesos del brazo de una joven, con los dedos agarrando la piedra del umbral. Los múltiples clavos de hierro encontrados entre las ruinas son todo lo que quedó del techo de madera, de los estantes y muebles que se quemaron totalmente. Numerosas monedas acuñadas durante la rebelión contra los romanos (66 - 70 EC) atestiguan la fecha de destrucción de esta casa.

En una de las habitaciones se encontró una pesa de piedra redonda, de unos 10 cm. de diámetro. En ella, en escritura aramea cuadrada, estaba la inscripción hebrea (de) Bar Katros, lo que indica que pertenecía al hijo de un hombre llamado Katros. Se conoce la "Casa de Katros" como una familia sacerdotal que abusó de su posición en el Templo. Una cantinela conservada en la literatura talmúdica habla acerca de la corrupción de esos sacerdotes:

Pobre de mí por la Casa de Boetus, pobre de mí por sus esclavos. Pobre de mí por la Casa de Janán, pobre de mí por sus conjuros. Pobre de mí por la Casa de Katros, pobre de mí por sus plumas.

Pobre de mí por la Casa de Ishmael, hijo de Fiabi, pobre de mí por sus puños. Porque ellos son Sumos Sacerdotes, y sus hijos son tesoreros y sus yernos son síndicos, y sus sirvientes golpean a la gente con palos. (Talmud de Babilonia, Pesajim 57, 1 Tosefta, Minjot 13,21)


¿Es posible asumir que la Casa Quemada sea realmente la Casa de Katros?


Hallazgos del Periodo del Segundo Templo en la Ciudad Alta

Cientos de vasijas de cerámica intactas fueron encontradas, principalmente en las mikvaot y en las cisternas de las casas, donde aparentemente se las colocó durante el asedio. Muchos de los artefactos y vasijas, objetos de uso cotidiano en el siglo I EC, se exhiben actualmente en los museos del Barrio Herodiano y la Casa Quemada.

- Mesas - fragmentos de decenas de mesas de piedra de dos clases - típicos muebles domésticos - fueron puestas al descubierto en las excavaciones. Grandes mesas de piedra caliza local compuestas de una cubierta rectangular (promedio 85 x 45 cm.) tallada en tres lados con motivos geométricos y florales, que se colocaba sobre una pata central (de 70 - 80 cm. de altura promedio) en forma de columna con una base. Estas pesadas mesas se colocaban junto a una pared.

Pequeñas mesas redondas de aproximadamente 50 cm. de diámetro, hechas de diferentes piedras, incluida la piedra caliza local y granito y mármol importados, se colocaban sobre un trípode de madera que no se ha conservado. Estas eran mesas portátiles que se usaban para servir comida a las visitas que se reclinaban en bajos divanes de madera en los lujosos salones de recepción.

- Vasijas de piedra - Una enorme cantidad de vasijas de piedra del período del Segundo Templo se encontraron en las casas de la Ciudad Alta. Las vasijas estaban hechas de la piedra caliza local, blanda y fácil de trabajar, que se encuentra en gran cantidad en Jerusalem, especialmente en el Monte Scopus y el Monte de los Olivos. Las vasijas eran hechas a mano o en un torno. Más inusuales son las grandes vasijas torneadas. Tienen 60 - 80 cm. de alto con gruesas paredes derechas o redondeadas, con forma de copa de boca ancha, sobre un pedestal. La mayoría de las vasijas más pequeñas también fueron torneadas, en una amplia variedad de formas: boles, copas y vasos imitando la alfarería importada. Entre las vasijas hechas a mano hay cubetas y recipientes de diversos tamaños. También las así llamadas tazas de medida, en forma de jarros con paredes derechas y grandes asas, eran hechas a mano.

La industria de vasijas de piedra que floreció en Jerusalem durante el siglo I EC está claramente relacionada con la estricta observancia de las leyes judías de pureza ritual, de acuerdo con las cuales la piedra no absorbe impureza. (Mishná, Kelim 10:1, Pará 5:5). La pureza de las vasijas de piedra está mencionada también en el Nuevo Testamento, en el milagro de la conversión del agua en vino en Caná. (Juan 2:1-7).

- Grabado de la Menorá - En el Barrio Judío se encontraron dos fragmentos de estuco levemente coloreado, que datan del período del Segundo Templo, en los cuales está pintada una menorá de siete brazos (candelabro). El grabado de la menorá tiene 20 cm. de alto y 12,5 cm. de ancho. Siete brazos en alto, con una llama en el extremo de cada brazo; se para sobre una base trípode y está decorada con círculos separados por pares de líneas. Esta decoración corresponde a la descripción bíblica de la menorá:

Tres cálices a modo de flores de almendro tendrá el primer brazo, con sus glóbulos y lirios; el segundo brazo tendrá [también] tres cálices a modo de flor de almendro con sus glóbulos y sus flores. (Exodo 25:33).

Harás para él siete lámparas, que pondrás sobre el candelabro, para que luzcan de frente. (Exodo 25:37).

Este parece ser el más antiguo dibujo detallado de la menorá que estuvo en el Templo de Jerusalem y fue tomada como botín por los romanos cuando conquistaron la ciudad.



Las excavaciones en el Barrio Judío fueron realizadas por N. Avigad en nombre del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalem, el Departamento de Antigüedades (hoy Autoridad de Antigüedades de Israel) y la Sociedad de Exploración de Israel.

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