La noche vieja ¿Qué pasó con aquellos deseos que brotaron en nuestro corazón al terminar de oír las doce campanadas y nos hicieron decir: "¡Ahora sí, este año sí! | |
Suenan las campanas en el reloj. Son las 12. Las 12 de la noche. Parece que los meses del año que termina, con sus días y sus horas se columpian en cada una de ellas... Doce meses, doce campanadas. El año se va. El año se acaba. Se esfuman los doce meses como en un conjuro de tiempo y eternidad. Los tuvimos en nuestras manos paro ya no volverán. Fueron instantes nuestros, únicos e irrepetibles, vividos dentro de nuestro libre albedrío, hora tras hora y ahora se van, perdiéndose en la noche última del año. La noche vieja. El poeta dice: El indivisible tiempo lo hemos dividido en años y así decimos que pasa cuando nosotros pasamos. Así es, decimos que el tiempo se va cuando somos nosotros los que nos vamos. Decimos que el tiempo corre, que el tiempo vuela, pero los que corremos, los que volamos sobre el tiempo somos nosotros. El tiempo siempre está, el tiempo ni tiene tiempo, ni es joven ni viejo, nosotros si. Las 12. Es Noche Vieja. Un año nuevo está por comenzar. Las 12 horas del 31 de diciembre. ¿Qué hicimos con estos trescientos sesenta y cinco días? ¿Qué dijimos, qué pensamos una noche como esta pero del año pasado? ¡Cuántos planes, cuántas promesas, cuántos propósitos! ¿Somos los mismos de aquella noche de otras muchas noches o sentimos que fuimos limando las aristas de nuestro carácter, rellenando "baches" en los que caíamos una y otra vez, quitando obstáculos, que quizá amábamos pero que nos hacían tropezar en nuestro plan de ser mejores como seres humanos en nuestra plenitud y dignidad? ¿Qué pasó con aquellos deseos vehementes que brotaron en nuestro corazón al terminar de oír las doce campanadas y nos hicieron decir: "¡Ahora sí, este año nuevo sí! Poco a poco se nos fueron aminorando las fuerzas, el entusiasmo, y llegó esa desgana o indiferencia por las cosas. La bruma de la rutina nos envolvió en sus días grises y nos heló el corazón y el coraje. O no fue así... y sentimos que sí ha habido un cambio positivo. Que el sol del amor nos arropa y podemos repartir el calor que hay en nuestra alma a los demás. Que estamos en pie de lucha, que las 12 campanadas resuenan en nuestro corazón como el tañer de las campanas de la ermita invitándonos a orar. Que cada campanada sea un: Perdón y gracias, Dios mío, me estás regalando otro año para crecer en la fe y en el amor a Ti y a los demás. El tiempo pasado está en Tus manos , el que comienza en las mías, pero quiero que Tu me acompañes a vivirlo!. Y con el año que se va y el nuevo que comienza, en esta Noche Vieja, la más vieja del año, recordamos al poeta que nos dice: Un año más, no mires con desvelo la carrera veloz del tiempo alado que un año más en la virtud pasado un paso es más que te aproxima al cielo. Y siguiendo con los versos terminaremos esta pequeña reflexión con uno que una noche como esta me inspiro: Esta noche es "noche-vieja" y yo hago un alto en mi camino, sentada bajo la luna abro mi alforja y la miro. ¿Qué es lo que tengo en ella? Oro y plata:-Te lo cambio por la sonrisa de un niño. Quiero caminar descalza por lo prados con rocío quiero soltar mis amarras y extender libre mis alas y sentir mi poderío. Poderío y libertad olvidando el claro-oscuro de ambiciones que esclavizan tan pesadas como un yugo. Esta noche es "noche vieja" tengo el alma transparente, cuando llegue el año nuevo que me encuentre en la vereda como quién vuelve a nacer, sin sandalias ,sin alforja, con la piel limpia de luna las estrellas en mi pelo y cantando el "aleluya". Esta noche es noche vieja, y yo tengo el alma nueva... ¡quién lo pudiera creer! |
sábado, 31 de diciembre de 2011
La noche vieja
jueves, 29 de diciembre de 2011
Quisiera tener una familia.
Quisiera tener una familia Mañana Fiesta de la Sagrada Familia. Con mi nacimiento, no sólo haré sagrada la familia, sino que les enseñaré a vivir en ella. | |
El arcángel Gabriel permanecía de pie sobre un precipicio, y tenía su mirada puesta en Nazaret. Procuraba serenarse, pues la grandeza de su nueva misión le sobrecogía. Dentro de unos momentos, bajaría a la tierra y daría el mensaje más grato que hombre alguno hubiese escuchado jamás. - ¿Listo para bajar a la tierra? -oyó tras de sí. -Claro, Señor -le respondió el arcángel con una sonrisa-, aunque te he de decir que nunca he estado tan nervioso. - Es normal, sientes que la misión te sobrepasa. Pero créeme, tú eres el ángel indicado... tú eres mi mensajero -señaló, recordándole el significado de su nombre. Después, ambos bajaron otra vez la cabeza y posaron su mirada en María, quien aseaba con cuidado la casa de sus padres. -Señor -dijo el arcángel con reverencia, sin dejar de ver a María-, ¿por qué quieres tener una familia? Digo, que te hagas hombre, jamás lo comprenderé; pero, que quieras ser en todo igual a ellos y que desees recorrer todas las etapas de su vida... creo que me cuesta un poco más -suspiró. Jesús miró con amor al arcángel, y respondió: -Gabriel, me alegra escuchar tu pregunta -exclamó con verdadera felicidad. Tú sabes que los planes divinos siempre son razonables -Hizo una pausa-. Bueno, razonables a nuestra manera -dijo, sonriendo con dulzura-. Tú piensas que no hay necesidad para encarnarme en una familia, pero Yo te digo que no hay nada más acogedor y necesario. Acogedor, porque cuando Yo me encarne y abrigue en su seno, me sentiré tan confortado como en la Trinidad misma, pues la familia es su mismo reflejo. El ángel quedó boquiabierto ante esta increíble revelación. Dentro de sus múltiples conocimientos, jamás habría reparado en esta grandiosa verdad. -Y es necesaria -continuó el Señor-, porque ejerce un papel fundamental en la sociedad humana: es su corazón mismo. Desde ella, se edifican las naciones o se destruyen los pueblos. Ella es la cuna del progreso y la salvaguarda de las buenas costumbres. ¡Ya te imaginarás cuán grata es para mi corazón! -Hizo una breve pausa, y continuó-: Con mi nacimiento, no sólo haré sagrada la familia, sino que les enseñaré a vivir en ella. El ángel titubeó un momento, asombrado como estaba por las palabras de su Señor. -Pero -vaciló-, ¿podrán imitar los hombres a una familia perfecta?, ¿no se desalentarán? -Por supuesto que podrán: porque será perfecta según Dios, no según los hombres. Será perfecta por sus integrantes, no por sus posesiones; por sus virtudes, no por sus apariencias. Y, aunque sea perfecta, no carecerá de penalidades. ¡Imagínate!, llegaré al mundo como un niño no buscado; porque mis padres, María y José, se han propuesto vivir como hermanos. Por eso, tu anunciación será una contradicción para mi madre, quien escogió la virginidad para agradar a Dios, y a la vez inquietará a mi padre, quien desconocerá la sobrenaturalidad del embarazo -concluyó, expresando lo venidero. -Bueno -dijo Gabriel-, pero esa situación no incumbe a todas las familias: sólo a unas cuantas. -Tienes razón, Gabriel. Aunque sábete que sí es necesario que padezcan estos problemas, pues son aprietos que desgarran el alma. Pero, para satisfacer tu curiosidad, te diré que mi familia será, sobre todo, modelo de amor: y el amor, es una virtud que todos pueden imitar. Por darte un ejemplo, te diré que Yo seré perseguido desde mi nacimiento, y, sin embargo, mis padres preferirán expatriarse a entregarme a la espada. Ya verás después cómo se persigue a la familia, y comprenderás lo heroico que resulta abandonar el propio país para salvar a los seres queridos. El ángel volvió a repasar meditativo las palabras de su Señor con una mezcla de asombro. -Señor -se atrevió a decir-, Tú sabes que nosotros, los ángeles, no tenemos familia. Tú nos formaste a cada uno por separado, al igual que formas las almas de los hombres; pero sin concedernos descendencia ni ascendencia. Nosotros desconocemos qué es tener un padre o una madre, hijos o hermanos. Por eso, disculpa mi pregunta: ¿podrías decirme qué beneficios encierra una familia? -¡Claro! El primero y el más grande, es el amor que se fomenta e intercambia entre sus miembros: éste produce una profunda alegría. El segundo, que es su consecuencia, es la unidad: ésta impregna el ambiente de verdadera amistad. Y el tercero, es su capacidad de influir en la sociedad, impregnándola de las virtudes familiares. -Señor -dijo el ángel emocionado-, ¡qué grandiosa debe ser una familia! -Y lo es Gabriel... ¡sí que lo es! Ahora comprendes, ¿por qué quiero una? -Sí, Señor -exclamó radiante-. Y tanto que yo también quisiera tener una familia. Acabado el diálogo, Gabriel descendió, enviado por Dios, a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen llamada María. Y entrando, le dijo: -Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se preocupó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: -No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios... |
Amor es ....
Amor es... San Pablo de Tarso, el Apóstol de los Gentiles, plasmó una página singular, por lo profunda, sublime, deleitosa y rica: el HIMNO DE LA CARIDAD | |
Hace algún tiempo, en los periódicos primero y en tarjetas de saludo después, dos simpáticos monitos se hicieron famosos; presentados en un simple cuadrito, con actitudes claras y rasgos elementales, pusieron de moda aquella frase de AMOR ES... que con el dibujo y el subtítulo inventaban o comprobaban, las múltiples y variadísimas definiciones que se podían atribuir al amor. Dos casos que recuerdo de pronto, son aquellos que decían, por ejemplo: "Amor es... no tener que pedir perdón" o "Amor es... llevarle el desayuno a la cama". Y aún cuando parecían tener cierta originalidad hay que decir que uno de los primeros periodistas de nuestra época, San Pablo de Tarso, el Apóstol de los Gentiles, ya se les había adelantado, no ciertamente como dibujante, pero sí como un gran escritor verdaderamente inspirado. En su la. Carta a los Corintios (13:4-8), plasmó una página singular, por lo profunda, sublime, deleitosa y rica. Los comentaristas la proclaman como HIMNO DE LA CARIDAD. Recordemos este texto clásico e incomparable: "EL AMOR ES... - paciente, es servicial, no es envidioso, no es presumido, no es vanidoso, no es mal educado, no es egoísta, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra por la injusticia, se alegra por la verdad, disculpa todo, cree todo, espera todo, aguanta todo, EL AMOR, ¡JAMAS SE ACABA!" EL AMOR ES... PACIENTE La paciencia, el primer rasgo Paulino señalado a la caridad combina estas cuatro cualidades: la ternura, la tranquilidad, la perseverancia y la excelencia. 1. La ternura proviene de esa dulzura y delicadeza que es la ternura. La observamos y vemos encumbrarse en las mamás. Cada hijo recordará casos especiales de la ternura materna. Mi mamá, para que no me fuera a hacer daño la nieve, cada vez que la comía me decía: "Cuidado, hijito, caliéntala en la boca". Siempre a cada bocado de nieve le agrego el sabor exquisito de la ternura de mi madre. 2. La tranquilidad descubre ese amor paciente contrapuesto a impaciente, no precipitado; toma todo el tiempo necesario porque lo importante es lograr el bien y no desbaratarlo por la prisa. En esto destacan los maestros. Cada alumno atesorará la tranquilidad con que su maestro lo estimuló a aprender hasta conseguir dibujar una sonrisa simultánea de satisfacción. 3. La perseverancia es inseparable de la paciencia: brillo meritorio de los médicos: sea velando junto al lecho del enfermo, sea en la agotadora tarea del quirófano, o en la búsqueda insistente del remedio, consagran su vida a donar el gran bien de la salud. ¡Dichosos los "pacientes" a quienes atiende un médico todavía mas "paciente"...! 4. Pero el amor perfecto no para, hasta hacer el bien completo. No como salga, ni a medias, sino acabado y excelente. El ejemplo es de los artistas. No terminan, hasta que terminan muy bien. El que tiene caridad, con paciencia, es el artista del amor, amar es el arte de las artes. Si no expresa dedicación paciente, que llega hasta lo supremo, no es amor. Como el de Dios, como el de Jesús, como el de María, que no saben darse si no se dan en forma total... EL AMOR ES... SERVICIAL 1. Servicial, servidor, sirviente y siervo, son términos claramente diferentes, pero relacionados con la misma realidad; la de una persona que presta un servicio. En el uso ordinario, en cambio, marcan cierto declive de categorías, siguiendo un descenso en el nivel social, llevando algo de aprecio el primero hasta llegar a un tono despectivo al usar el último. 2. En nuestros mismos tiempos democráticos, muchos servicios se menosprecian: de plano todo trabajo servil, se desempeña sin inspiración social, se deja para la ínfima clase, se paga mal y se agradece muy poco, etc. Habrá que preguntar en serio: ¿será el servicio signo de amor? ciertamente lo es, si hacemos nuestra pregunta a JESUCRISTO y a través de El al PADRE. 3. En Jesús ha aparecido una nueva noción de servicio. Pues El siendo Dios se hizo siervo. Vino a servir no por dar lo que El quería dar, o lo que le sobraba, o le cautivara adeptas; por eso, no vino a ser servido; sino a servir, dando al hombre lo que necesita, lo que realiza integralmente, su libertad y dignidad. Se hizo hombre como él, para hacerlo Hijo de Dios como El. Según Jesús, servir es, darle al otro lo que más le sirve. Si no le sirve, no está servido 4. El Padre, Creador y Señor, sirve al hombre mientras más lo ama; no rastrera ni servilmente; con señorío, con nobleza, mientras más lo ama, más le concede lo que necesita: su ser, sus facultades, sus medios de subsistencia, su vida eterna, etc. El amor de Dios está en esa proporción: le da al hombre lo que más le sirve: Le dio a su propio HIJO... EL AMOR NO ES... ENVIDIOSO Encontramos aquí, dos aplicaciones actuales: 1. La verdadera caridad a nadie permite sentirse "menos". "Al realizar el bien no deja caer en las nocivas o dañinas comparaciones". Para San Agustín la envidia es: "disgusto por el bien ajeno" Entonces, si el bien ajeno, por la envidia se vuelve tormento, la caridad auténtica , que busca el bien ajeno, la vuelve contento. Los envidiosos siempre criticarán toda obra buena. Los caritativos siempre aplaudirán toda ayuda al necesitado. Judas criticó el derroche de María, quien ungió con ungüento precioso los pies de Jesús, con el pretexto de lo mucho que su precio habría servido a los pobres. Juan, testigo y comentarista, descubrió que más que interesarle los pobres, le dolía el despilfarro que lo privaba de recibirlo él mismo. Así se desenmascaran cuantos promueven obras en beneficio de la comunidad, buscando su bien personal, víctimas de la envidia defraudan con proyectos a favor del pueblo, cuando lo que buscan es no ser "menos" en comparación con otros. 2. Otro caso que se previene y evita con la verdadera caridad, es el de la competencia entre organismos o grupos dedicados a obras sociales. Lejos de impedir que otros hagan el bien, se da el buen testimonio de la caridad, cuando se prestan ayuda mutua, se recomiendan, se complementan y se proporcionan información y materiales útiles. En muchos aspectos, a veces, no podemos realizar obras de más envergadura, porque cada quien "trabaja para su santo" mantenemos a manera de islas agrupaciones autosuficientes. Los problemas se resolverían bastante mejor si tuviéramos más espíritu de asociación y esa caridad que no es... ¡envidiosa! EL AMOR NO ES... PRESUMIDO Aparecen automáticamente: la humildad y la discreción: 1. La belleza inefable de la humildad en el amor se da, según el mismo S. Pablo, en la sublimidad del misterio de la encarnación: contempla extasiado y se arrebata de admitación ante el "anonadamiento" del Verbo quien "siendo DIOS no retuvo con avidez ser igual a Dios sino que (al hacerse hombre) se hizo como nada para tomar la condición de siervo". En ese "anonadamiento" Pablo proclama sorprendido, la originalidad del amor de Jesús, quien haciendo el máximo beneficio esconde humildemente todo su merecimiento. "Yo no busco mi gloria" declara posteriormente Jesús. Qué lejos de eso queda la proclamación publicitaria de las buenas obras modernas: fotos, anuncios, propaganda. ¡Cuánto gasto en preparativos de festejos caritativos que resultan de tan corta ganancia! ¡Cuánta organización lujosa y tardada, en algunos planes de administración pública que antes de llegar con el beneficio real al pueblo, gasta el presupuesto en edificios, oficinas, estructuras, red infinita de empleados, pero con mucho renombre para el logotipo del organismo...! 2. La discreción aumenta la belleza de la acción caritativa. Aprendemos del Maestro en sus recomendaciones: "no lo digas a nadie" después de un gran favor; o para la limosna: "que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha" o para alcanzar la recompensa del Padre: "cuiden de no practicar la justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos". Como discípulos de este Maestro, nuestra motivación para hacer el bien, ha de tener una belleza espiritual, oculta, secreta, interna, porque es Dios quien ve lo secreto y Jesús quien se oculta siempre en nuestro hermano... EL AMOR NO ES... VANIDOSO Entre el amor que no presume y el amor-no vanidoso, hay una clara diferencia: la presunción hace notar un mérito real; la vanidad finge un mérito inexistente. 1. Es importante notario porque en nuestra vida social estamos llenos de casos de quienes, sin tocar para nada sus propiedades, han fincado su fama de benefactores del pueblo sin tocar sus propios bienes, antes lejos de empobrecerse han logrado enriquecerse más y no tienen empacho en recibir el aplauso y los elogios que no les corresponden. La Biblia los retrata con el terrible caso del rico que arrebató al pobre su única ovejita para ofrecer un banquete y conseguir la gratitud del agasajado. 2. Cómo es tierno y vibrante, por otro lado, el caso de la limosna de la viuda quien en forma secreta depositó en la alcancía para los pobres, lo poco y único que tenía, mereciendo aquel precioso elogio de Cristo: "ésta dio más que los demás; ellos han echado dinero que les sobraba...; ella lo que necesitaba para vivir" (Mt.13:43-44). Claramente se siente anticristiano el modo de los que se paran el cuello con lo ajeno; usan el dinero del pueblo y logran su prosperidad personal y encumbramiento, con fama injusta y falsa de beneméritos... Profundizando en el sentido cristiano de dimensión social, descubriremos que, aunque la providencia nos hubiera enriquecido con grandes bienes de fortuna y un corazón generoso, ni aún entonces, nadie podría ni debería gloriarse: "¿qué tienes que no hayas recibido? y si lo recibiste, ¿porqué eres tan vanidoso, como si no lo hubieras recibido?" (1 a, Cor. 4:7) En fin de cuentas, la única gloria es solo para Aquel, que nos da, para dar. EL AMOR NO ES... MAL EDUCADO Cierta belleza de la religión católica aparece en su elegancia, su distinción, su finura y su gentileza. Su liturgia expone su clara elegancia. Su lenguaje, aunque no excluye confianza, siempre usa términos distinguidos. Su arte ha producido lo más fino y excelente y ante todo su trato nunca ha sido vulgar, sino comedido y gentil. En suma, bien educado... Si eso es nuestra religión en forma global, debe serio más la suprema de sus virtudes: la caridad que alcance su excelencia ha de ser ¡BIEN-EDUCADA! 1. Cuando el Maestro nos enseñó a "poner la otra mejilla" "a dar el manto también a quien te quite la túnica" o cuando propuso el consejo supremo de "amar a nuestros enemigos" estaba llegando a la raíz de la gentileza en la caridad. Estaba dando clase de urbanidad. El amor nuevo que nos enseñó, lo distinguió también por su buena educación. 2. Grandes kilates de caridad se reconocen siempre en nuestras palabras. la buena educación no solo es muestra de calidad humana; ante todo, es signo de caridad cristiana. Las groserías e insultos, no son solo malos modales; son además, faltas de caridad. Jesús pone las palabras ofensivas como raíz del "no matarás"... 3. Da especial pesar ver que muchos jóvenes y aún adultos, no saben "dar las gracia!" Elemental falta de educación. Marca de un doloroso sentimiento de altivez y rencor. nuestra religión nos inculca la gratitud, como un indispensable sentimiento con Dios. Reconocer el amor que recibimos, nos educa a mostrar un amor humilde y comedido: la gratitud no es sino la buena educación del amor... El AMOR NO ES... EGOISTA El amor sin egoísmos nos encauza a triple vertiente: A. Nos enseña a compartir: Siempre nos enriquecemos cuando compartimos. Profunda es la enseñanza de Cristo: "dad y se os dará" Lo comprueba uno mientras más se desprende, con generosidad, de lo suyo o de sí mismo. Y no hay satisfacción más grande que la de dar... es más grande que la de recibir. Quien esto practica es, además, semejante a Dios... B. Nos ayuda a integrarnos: En la vida cristiana, como en la vida social, el bien se realiza mejor, si nos ayudamos unos a otros. "Juntos lo hacemos mejor" se ha dicho. El mismo bien crece en la medida en que crece la mutua cooperación. Mientras mayores el bien que intentamos, advertimos que el "ego" va desapareciendo, para fortalecernos con ello nosotros" que lo va supliendo. Mientras mas amemos, mas comunitariamente lo expresaremos, C. Nos dispone a tomar el lugar del "otro": El verdadero amor deja el "Yo" para ir al lugar de "Él". Lo quiso expresar claramente Jesús al enseñarnos la hermosa parábola del Buen Samaritano: el que pasando junto al herido a la orilla del camino, se, le acercó y viéndolo se compadeció de "él"...Acercarse, compadecerse, no es otra cosa que ponerse en el lugar del necesitado, tomar su lugar. No pensar en "sí" para dar de "sí"...A "él". Gozosamente a ÉL. EL AMOR... NO SE IRRITA Bien templado el amor, es ajeno a toda ira, disgusto, coraje o irritación. A. Cuando se pide un favor se recurre a la bondad o caridad de una persona. ¡Qué triste es tener por todo resultado un rotundo NO! A veces, no solo rotundo, sino seco y frío; cuántas otras veces, comprobamos que hay personas casi identificadas con ese NO ¡despectivo e intransigente! Personas siempre negativas. Amargadas, con el sabor del NO siempre en sus labios; con la actitud de rechazo en su corazón. Han puesto un candado para que no salga, para que no brote, la caridad de su corazón. B. Equivalente a la actitud negativa es la "malhumorada". La "mala gana" o "mal modo" desbarata o empaña o casi destruye el favor o la buena acción. Quien hace donativos, limosnas o favores, con disgusto 0 mala cara, parece arrancarnos más de su avaricia que de su caridad; saben más a frutos agrios que a frutos dulces. En cambio, aún cuando se deba una negativa, el "buen modo" de darla la vuelve aceptable. C. Cuando se perdona o se disculpa, lo grandioso o sublime del perdón consiste en hacer sentir, no el disgusto ni el coraje, por la ofensa recibida, sino la bondad del corazón, por la reconciliación obtenida: como Jesús que, en lugar de reclamar acremente a Pedro, sus negaciones, lo obligó a hacerle una triple declaración de "amor". La caridad de Cristo encendió la caridad de Pedro. El amor que no se irrita moldea al cristiano a que, como Cristo sepa tener un "buen corazón" un corazón semejante al SUYO. EL AMOR... NO LLEVA CUENTA DEL MAL A. Hay una expresión bastante conocida, muy espontánea. Si nos molestan, fastidian o nos ofenden, surge la sentencia popular y personal: ¡ME LA PAGAS! O ¡VAS A VER! Y las más de las veces se acompaña con un signo bien reconocido: se muestra la palma de la mano moviéndola hacia adelante y hacia atrás marcando con esa señal el énfasis que se quiere imprimir a la inquebrantable amenaza...En ese caso el "cobrador" de la dignidad ofendida, se vuelve nuevo intérprete de la Ley del Talión, o sea la ley mosaica que establecía "ojo por ojo" "diente por diente". B. Esta fórmula en las relaciones humanas intenta guardar el orden en la justicia casi matemática y material. Una justicia que exige con medida exacta, la cantidad de pena, por la cantidad de culpa. En cambio la caridad supera enormemente la justicia, no en la cantidad, sino en la calidad. Cambia el orden matemático, por el orden afectivo. por eso, la caridad no lleva cuentas... la caridad no sabe contar... C. "Perdono, pero no olvido" es otra frase demasiado común. Falsa y contradictoria.Terriblemente anticristiano. El pretendido perdón declarado se viene por tierra, si con la memoria seguimos llevando la "cuenta" de los agravios. Qué diferente el ejemplo de N. Sr. Jesucristo quien no solo olvidaba las ofensas sino que lograba encontrarles explicación y disculpa. En el momento culminante de su amor, desde la Cruz, nos legó el testamento invaluable de aquella Palabra Divina, a favor de sus verdugos, excediendo toda justicia y revelando la máxima caridad cuando dijo: "PERDONALOS, PADRE, POROUE NO SABEN LO QUE HACEN..." EL AMOR... NO SE ALEGRA POR LA INJUSTICIA I- Todos los malvados, registrados por la historia y amplificados por las leyendas populares como Herodes, Nerón, Iván el Terrible, Pedro el Cruel, etc., encabezan una repugnante lista a la que se agregan los Tiranos, los verdugos, los secuestradores, los atormentadores de las prisiones, los capataces en campos de concentración y muy vergonzantemente la completan en nuestros tiempos que ya reconocen y defienden los Derechos Humanos, los que aplican la tortura despiadada, los que atropellan y golpean a los indefensos, los machistas que subyugan a las mujeres, los mayores (peor si son los propios padres) que maltratan y ultrajan a los niños, etc. Todos ellos que parecen no tener alma, ni corazón, sino solo sentimientos para "gozarse en la desgracia ajena..." son precisamente lo opuesto a lo recomendado por S. Pablo. II- Es duro pensar que en esa lista entran todas esas personas, que por atender solo a su "conveniencia", no advierten o aceptan el mal necesario que se sigue a otras personas. Por ejemplo, todos los que cometen el aborto: se alegran de encontrarlo como remedio propio, aunque se siga para otros una tremenda injusticia: los legisladores, resultan opresores; los doctores, destructores, y las propias madres, cuyo cuerpo es destinado a ser cuna de vida, es convertido en sepulcro de muerte. Caso parecido el de los maestros o malos amigos, quienes con su enseñanza se alegran de "abrirles los ojos" a los que por su edad o condición más bien escandalizan, con un trauma o daño irreparable para toda la vida. 0 los buenos para pedir prestado y malos para pagar. 0 prestamistas implacables, con sus deudores imposibilitados. Unico remedio, el amor... que no se alegre con la injusticia. EL AMOR... SE ALEGRA CON LA VERDAD El amor siempre es motivo de alegría. Pues el amor, es hallazgo. ¡Y nada se encuentra con mayor gozo que la verdad! verdad hallada: o en la propia persona o en otra o en Dios. A. ¡Qué gozo extraordinario hallarla en nosotros mismos! sucede, cuando advertimos o aceptamos nuestro error o equivocación: entramos a la luz; salimos a la libertad; ganamos en seguridad. Se nos aplica el gozo descrito en el Evangelio en quien descubre un tesoro, en el ciego que ve. No hay riqueza que se posea con mayor fruición con deseo tan íntimo de no perderla nunca. ¡Todo el que ama... ama la "verdad"! B. Es especialmente cristiano el gozó que nos da otra persona por el bien que recibe. Se comparte tan generosamente que el mismo bien ajeno se vuelve bien propio. Como el descrito en el Padre del "hijo pródigo": el gozo del encuentro es el mismo para el "padre " como para el "hijo", se alegran juntos, en el amor "perdido y hallado, muerto y resucitado" 0 bien, el pastor de la oveja perdida quien cerebral e invita a sus amigos a celebrar, como suyo, el gozo de la oveja que vuelve al redil. Así goza el que ve al amigo libre de penas, de enfermedades, de líos, de calumnias, de deudas, etc. C. El gozo del encuentro con una verdad que nos revele a Dios, es algo incomparable. Yo creo que todos lo hemos experimentado; pero lo describiría en la incontenible sensación que han tenido los genios de los inventores, quienes no han hecho otra cosa, que extraer algún secreto a la naturaleza y regocijarse de reconocer en él al autor que lo dejó ahí escondido para hablarnos de su magnificencia; ese es el sentido jubiloso que expresó San Agustín: "nuestro corazón está inquieto... hasta descansar en Ti" EL AMOR... DISCULPA TODO Cuando se afirma esto del amor cristiano se puede de él esperar lo inesperado... jamás hubiera alguien pensado que el amor llegaría hasta los enemigos. Y es que, el amor como viene de Dios y lleva hasta Dios, es como El: sin principio ni fin; sin espacios, sin límites, sin distinciones. Es todo, para todos. Por eso Jesús proclamó la bondad de su Padre, cuando lo presentó sacando su sol para los buenos y los malos y enviando su lluvia a los justos y a los injustos. Ya vemos la razón por la que, el amor.. lo disculpa todo. A. ¡Disculpamos, por amor: las pequeñeces... grandes! Esos detalles agrandados por nuestra susceptibilidad. Cuántas amistades terminaron para siempre porque "no me saludó" o no volteó a mirarme" o "no me invitaron" etc. B. Disculpamos, por amor: las ofensas involuntarias 0 inadvertidas. En tantos casos, duelen de verdad a quien las cometió y necesita una "ayudadita" para disculparse. Bella nobleza abrirle la puerta al que quiere nuestra disculpa. C. Disculpamos, por amor, a nuestros verdaderos amigos. Nuestro corazón, en nombre de tal amistad, no permite y no acepta nunca que algo pueda herirnos, molestarnos y menos aún, disgustarnos para siempre. Ingenio, arte, paciencia, calidad humana, humildad, todo lo intentaremos a fin de disculpar a nuestros amigos y bienhechores. D. Disculpamos, por amor, (de Dios) a nuestros enemigos. Clara contradicción amar al enemigo. ¿Cómo se arregla? Dios me ama a mí pecador, -su enemigo- cuando me perdona, si me arrepiento. Si espero su amor, ya creo en el perdón a los enemigos. Nadie puede rogar a Dios, si no dice, como nos enseñó: "PERDONANOS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS"... EL AMOR... CREE TODO Así como dicen que dijo Napoleón, que en su diccionario no existía la palabra " imposible"; así creo que en el lenguaje del amor cristiano tampoco existe la palabra " increíble" y yo digo que esto lo dijo Jesús rotundamente: " todo es posible para quien cree" (Mc.9:23). A. Así que no podremos menos que reconocer la fuerza conquistadora del amor. Como el amor es capaz de todo, produce una fe total. Por ejemplo, los esposos con su amor, mantienen su fidelidad viva; para ellos, creerse es amarse; los padres, no tienen mejor refuerzo para su autoridad que el amor que muestran a sus hijos y los hijos obtienen todo el crédito de sus padres, según la sinceridad de su amor a ellos no digamos los novios, que ponen toda la belleza de su amor y de sus declaraciones en la confianza mutua que se exigen para cumplir todas sus promesas. B. Cuando se dice que el amor es ciego se pone todavía más fuerte el acento en una tal aceptación amorosa, que no necesita ni hacer el análisis de sus razones, según el conocido aforisma de Pascal: "El corazón tiene razones, que la razón no conoce" Jesús fue llamado por las hermanas de Lázaro con esta razón: el que amas esta enfermo. Llegando dijo a Martha: "Tu hermano resucitará", ¿crees tú esto? ella dió una razón bíblica. En cambio Jesús preparaba ya la razón del corazón y Lázaro resucitó. Desde el paganismo, con el gran vate Virgilio, el corazón ha afirmado "amor omnia vincit" "el amor todo lo vence" y el pueblo con su profunda sabiduría ha refrendado: "querer, es poder" respaldan a San Pablo, pues si el amor lo puede todo, ha de creerlo todo. El amor, necesita pasar por la fe, para llegar a su cumplimiento. Que "obras son amores... y no buenas razones." EL AMOR... ESPERA TODO I. Es obvia la conexión que existe entre creer y esperar. A veces hasta se quieren confundir; pero son claras dos cosas: 1º. que la fe, va primero y la esperanza va después, una antecede, la otra prosigue; 2o. que la fe es intelectual y pertenece al conocimiento, mientras que la esperanza es emotiva y pertenece a las pasiones. Así que la fe presenta y la esperanza busca. II. Hay un término que, en boca del pueblo, no muy amante de las distinciones precisas, reúne los dos significados: "confiar" 0 "confianza", o abarcan a la vez fe-esperanza; o se tornan indistintamente por la una o por la otra: así, al decir confío en el Señor, casi casi es igual a decir: creo en el Señor o espero en el Señor; como también equivaldría a decir: porque creo en el Señor, por eso espero en el Señor. III. Las dos anteriores consideraciones son de orden teórico pero ayudan en el orden práctico. La aplicación sería que si el amor que lo cree todo, por lógica, lo espera todo. ¿Cómo explicar entonces la inconsecuencia de creer en Dios y dudar de El? sencillamente porque la fe es total y la espera parcial. Se acepta a Dios globalmente, pero se duda o de su poder o de su palabra o de su amor. IV. Es el amor el que lo abarca todo: como en María: "Dichosa tú que has creído, pues se te cumplirá todo lo que te dijo el Señor" Como en Pedro, cuyo amor grande, lo llevaba a esperarlo todo y lo hizo decir: "pasamos ya toda la noche sin pescar, pero por tu palabra, Maestro, tiraré la red" y se realizó la inesperada pesca milagrosa.. La del amor confiado... El amor que espera todo, ¡moverá montañas!, ¡moverá a Dios! EL AMOR... AGUANTA TODO Jesucristo, con su ejemplo formidable y sublime, bastaría para darnos la prueba total del amor que soporta todo. En su nacimiento, en su vida oculta, en su vida pública y más que nada, en su pasión y en su Santísima muerte. Sólo que los ejemplos muy elevados en la perfección llegamos a sentirlos tan lejanos de nuestra capacidad que desearíamos algunos más cercanos o por el tiempo o por mayor semejanza con nuestra fragilidad. Aún cuando los primeros no dejan de tener su validez e inspiración, los segundos nos infunden mayor realismo y convicción. 1. Más a nuestro alcance está el ejemplo de JUAN DIEGO, en la hermosa historia de las apariciones, guadalupanas. Se presiente que el plan de la Providencia quería entretejer todas las dificultades y contratiempos desde el obispo Zumárraga, hasta el tío Juan Bernardino, para encender más su amor por María, cuyo pregonero incansable debía ser. 2. Los Apóstoles en su tiempo y los misioneros en nuestra historia, fueron tan frágiles como nosotros; el Evangelio atestigua los defectos de aquellos y nuestras crónicas las fallas humanas de éstos. Sin embargo a la hora de cumplir su misión, arrebatados por un amor nuevo, se volvieron superhombres, que arrastraron graves penalidades, sobrellevaron las más duras pruebas y enfrentaron gozosamente la muerte. 3. Sea nuestro aliento e inspiración, ver que aguantar no solo es sinónimo de sufrir, padecer o resignarse, lo cuál en sí sería pasivo y negativo; sino que adquiere, por el amor, un sentido activo y dinámico de luchar, de intentar, de perseverar y hasta de lograr y conquistar. En ese sentido, con un triunfalismo de amor cristiano San Pablo ha podido exclamar: "Todo lo puedo en Aquel que me conforta" (Filip.4:13). EL AMOR... JAMAS SE ACABA Una canción cuyo autor de letra desconozco, pero que al cantarla JOSE-JOSE ha alcanzado cierta fama y difusión, con el título EL AMOR ACABA y el desarrollo de ese tema a lo largo de toda la pieza, es la más fuerte negación y la más directa contradicción de la afirmación de San Pablo, con la que, inspirado por Dios, concluye, cierra y remata la estupenda y maravillosa serie de "variaciones" que ha señalado a la "caridad" o al amor cristiano. Imposibilitado, por razón de espacio a comentar comparativamente verso por verso, como me hubiera gustado hacerlo, selecciono 4 de ellos, más representativos del tema: Texto: Porque el corazón de darse llega un día en que se parte, el amor acaba. Comentario: Porque el "corazón" no es carne ni lo espiritual se parte, el amor no acaba. Texto: Porque se vuelven cadenas lo que fueron cintas blancas, el amor acaba. Comentario: Porque jamás son cadenas los lazos libres, del alma, el amor no acaba. Texto: Porque llega a ser rutina la caricia mas divina, el amor acaba. Comentario: Porque algo que es divino por lo nuevo, nos fascina, el amor no acaba. Texto: Porque mueren los deseos por la carne y por el beso, el amor acaba. Comentario: Porque el alma se embelesa sin la carne y sin los besos, el amor no acaba. Como todos pueden fácilmente advertir, el amor alcanza la dimensión de la base que se le haya puesto. Si se apoya en lo carnal, no puede ser más que efímero, fugaz, pasajero, tornadizo y falaz, como es la carne y lo material y...se acaba ... naturalmente. Pero si se apoya en lo espiritual y se apoya en la verdad, que viene de Dios y lleva hasta Dios, entonces es duradero, firme, fiel, creciente, arrebatador, creativo, siempre antiguo y siempre nuevo y ... JAMÁS ACABA... por obra de Dios. |
domingo, 25 de diciembre de 2011
La misión del directivo de empresa.
La misión del dirigente de empresa | |||
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sábado, 17 de diciembre de 2011
TIERRA SANTA XLVI - La Basílica de la Anunciación en Nazaret
Autor: Israel Ministry of Foreing Affairs La Basílica de la Anunciación | |||
Planeada por el arquitecto Giovanni Muzio, la actual Basílica de la Anunciación es el santuario cristiano más grande en el Medio Oriente | |||
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TIERRA SANTA XLV - Historia de Nazareth
Autor: www.enciclopediacatolica.com Historia de Nazareth | |||
Nazareth era casa para sacerdotes que por turnos visitaban Jerusalén para el servicio en el templo | |||
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TIERRA SANTA XLIV - Los restaurantes de Notre Dame de Jerusalén
Autor: Notre Dame of Jerusalem Center, Pontifical Institute Los restaurantes de Notre Dame de Jerusalén | |||
Dos excelentes restaurantes, una cafetería con acceso a internet y un comedor privado | |||
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TIERRA SANTA XLIII - Escuela de administración hotelera
Autor: Notre Dame of Jerusalem Center, Pontifical Institute Escuela de administración hotelera | |||
Ciento ochenta y cuatro estudiantes se han graduado de este centro de estudios de Notre Dame de Jerusalén | |||
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TIERRA SANTA XLII - Preparación práctica para viajar a Tierra Santa
Autor: Notre Dame of Jerusalem Center, Pontifical Institute Preparación práctica para viajar a Tierra Santa | |||
Costos, visas, controles de aeropuerto, lengua, clima, guías turísticas y más... | |||
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TIERRA SANTA XLI - Preparación espiritual para una peregrinación a Tierra Santa
Autor: Notre Dame of Jerusalem Center, Pontifical Institute Preparación espiritual para una peregrinación a Tierra Santa | |||
La Tierra Santa es el único lugar del mundo cuya ‘guía de turistas’ es la Biblia | |||
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TIERRA SANTA XL - Lugares santos cerca del centro Notre Dame
Autor: Notre Dame of Jerusalem Center, Pontifical Institute Lugares santos cerca del centro Notre Dame | |||
El centro de Notre Dame cuenta con una terraza panorámica única en Jerusalén, desde donde puede contemplarse toda la ciudad antigua | |||
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TIERRA SANTA XXXIX - ¿Qué hay en Jerusalén para mi?
Autor: Notre Dame of Jerusalem Center, Pontifical Institute ¿Qué hay en Jerusalén para mi? | |||
Visitar la Tierra Santa, es encontrarse cara a cara con la historia de la humanidad | |||
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TIERRA SANTA XXXVIII - Proyecto Magdala. Un Centro Multimedia en Jerusalén
Autor: P. Juan Solana | Fuente: Notre Dame Center Proyecto Magdala. Un Centro Multimedia en Jerusalén | |||
El camino es aún largo y se necesita el apoyo y la colaboración material y económica, así como de las oraciones de todos. | |||
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