sábado, 25 de junio de 2011

El trabajo santifica y dignifica.

El trabajo santifica y dignifica. La misión salvífica universal de la Iglesia contempla la santificación del mundo desde dentro, desde las cosas temporales, lo que incluye la misión de los laicos y la santificación del trabajo.

En el plan de Dios el trabajo constituye una dimensión fundamental de la persona. Los hombres llenan con el trabajo su existencia; misma que busca ser santificada por la gracia divina.

La santificación del trabajo es tarea de todo cristiano, debe implicar la perfección profesional y de las estructuras de la sociedad.

Santificar el mundo del trabajo es santificar al mundo desde dentro. Es cristianizar la sociedad en pro de un mundo más justo, más humano, más solidario y amoroso.

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